sábado, abril 03, 2010

El Efecto Adverso De la Salud - Pilar Frisancho

Publicado en la revista Caretas - Edición 2122
Cómo evitar la desconfianza en los médicos.
Cuando deseamos entender o explicar qué pasó con el paciente que ingresa para una cirugía de mano con anestesia local y está en coma o cuando una mujer de 35 años firma su asentimiento para una cirugía laparoscópia de cálculos en la vesícula y horas más tarde está sin vida; o porque falleció un bebe y se hizo todos los controles. En fin, podríamos citar muchos casos que vemos diariamente en los medios. Lo primero que escuchamos es que se trata de una negligencia, una mala praxis, o una complicación. Son muchos los nombres, pero el término adecuado hasta que se realicen las investigaciones y auditorías es un efecto adverso (EA) en la atención sanitaria, que no es tan inocua como debiera. Los efectos adversos son causa fundamental del daño que se causa a los pacientes. Hay muchos indicios que apuntan a errores médicos como causa importante de muerte y de lesiones, según estudios en diferentes países.

Se considera que entre el 10 y el 16% de los pacientes hospitalizados sufren algún efecto secundario debido a la atención clínica, y que la tasa de mortalidad entre estos pacientes se sitúa entre el 5 y el 8%. Actualmente se reconoce que los efectos adversos son un problema de los sistemas de salud. Los efectos adversos que afectan a cada paciente suelen producirse por una secuencia de situaciones en su entorno, que tienen que ver con deficiencias de la estructura y organización de la atención de salud, y no son consecuencia del error humano del profesional de la salud responsable, que puede ser el eslabón final en la cadena del tratamiento.

Se estima que en el Perú, 1 de cada 10 pacientes ha sufrido un daño mientras recibía atención en un hospital, sea del MINSA o de EsSalud, esto de acuerdo al estudio IBEAS (Estudio transversal de la prevalencia de los efectos adversos en Latinoamérica). Este estudio es el más grande e importante realizado por la OMS en cinco países de Latinoamérica (México, Costa Rica, Colombia, Argentina y Perú), donde se analizaron 11,379 pacientes cuyos resultados dan respuesta a nuestras preguntas iniciales.

En setiembre del 2009 se presentaron resultados de un estudio, donde el Perú presenta una prevalencia de 10.6%. Siendo la naturaleza de los EA principalmente los relacionados con las infecciones intrahospitalarias, con el procedimiento y diagnóstico y finalmente con el tratamiento. Otro dato importante es que la mayor prevalencia por área de hospitalización es en ginecología y obstetricia, seguida por especialidades quirúrgicas como neurocirugía.

El dato más importante de ese estudio es que la probabilidad de de prevenir o evitar estos efectos adversos es de 58.9%, que si nos ponemos a trabajar en iniciativas ya dadas y normadas por la OMS como el lavado de manos. Una atención limpia es una atención más segura, o la utilización consensuada y obligatoria de la lista de chequeo antes de una cirugía. Sin duda, la cirugía segura salva vidas.

Las autoridades de salud deben prestar la mayor atención posible al problema de la seguridad de los pacientes que debe ser algo prioritario. La atención de calidad es un derecho humano fundamental, y la mejora continua de la calidad asistencial es un objetivo clave, tanto para la seguridad de los pacientes como para la gestión eficiente de los sistemas de salud.

Actualmente, en los países desarrollados, cuando se piensa en la seguridad de los pacientes, la responsabilidad más alta de los efectos adversos recae en deficiencias del diseño y la organización de los sistemas, y no solo en profesionales de la salud, como muchas veces sucede en nuestro país. Se debe reforzar el currículo académico de los profesionales de la salud en especial de los médicos, así como su acreditación y recertificación de los mismos.

No puede pasarse por alto el impacto que algunos efectos adversos ejercen en los medios de comunicación y en la opinión pública, muchas veces sin el rigor debido. Conocer la envergadura del problema es el primer paso para evitar la desconfianza en los profesionales o en las instituciones, entendiéndose que los efectos adversos están presentes en cualquier sistema de salud. (Por: Pilar Frisancho)

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